ENTRE EL MITO, LA REALIDAD
Y LA FE
Walter Minor
walterhistorias@gmail.com
A
veces los mitos y las creencias nacen en los lugares menos sospechados. Es como
si se necesitara más de un Dios, algo así como adquirir un nuevo talismán que
solucione los padecimientos, porque los anteriores no consiguieron mitigarlos de
forma mágica.
¿De donde nace tanto fervor?... la verdad es que no
se puede explicar. Tal vez porque es más
fácil creer en un milagro que poner un poco de voluntad para mejorar
personalmente. Quizá porque falta, salud, trabajo o…. las dos cosas, entonces
hay que buscar otro milagrero en el banco de suplentes.
Así entre tantos problemas que agobian, es necesario una solución rápida, que de tan rápida, no reconoce escalas para sancionar santificaciones
y lo hace a diestra y siniestra. Solo basta que alguien coloque un retrato, un
ramo de flores, un nombre, una estampita o una cruz, para que venga detrás una
legión de gente apurada para creer “en eso”.
Nadie se detiene a analizar el currículum del
personaje en cuestión, ni nos preguntamos siquiera cual es el motivo que nos
impulsa a tener tanta fe en una persona desconocida. ¡Para quéeee…!, a ver si
descubrimos que “no sirve” y sufrimos otra desilusión.
Pongamos como ejemplo a Ceferino Namuncurá. Aquel
que a pesar de ser “indio” de tez cobriza, está pintado en las estampitas con
rasgos suavizados, tez blanca e inclusive, los más generosos (por no decir
racistas), le suministraron ojos azules.
Este popular Ceferino, es tan reconocido por su
nombre como desconocidos son los méritos de santo.
De él nos vamos a ocupar hoy, pero no para discutir
sobre su pequeño currículum religioso, sino para detallar un sitio geográfico
de nuestra Olavarría.
LAS CUEVAS DE CEFERINO
Comienza el mito con la cruz e imagen de Ceferino. |
A mediados de la década del 60, del siglo pasado, un
pequeño derrumbe dejo al descubierto una gran cueva rocosa a la vera de la
antigua ruta 60.
El sitio, ubicado a 17 kilómetros del casco urbano
de Olavarría, estaba situado en una lomada, a pocos metros del alambrado que
delimitaba el campo que pertenecía por aquel entonces a doña Isabel Aramburu,
en el cuartel IX, sobre el “Camino de los Chilenos”.
Alguien colocó allí una cruz con la imagen de
Ceferino Namuncurá adherida y luego de
la consabida nota en los diarios locales, prontamente el lugar se transformó en
un santuario mucho más “elegante”, con adornos florales, ofrendas y toda clase
de objetos.
LA LEYENDA
A pocos años del hallazgo, las conjeturas que se
barajaban eran cuantiosas y en un altísimo porcentaje disparatadas. Los análisis
por desconocimiento siempre transforman a los lugares en leyendas, porque solo están
sustentados en afirmaciones sin base documental o histórica.
Así era un par de años después del hallazgo |
Así llegamos hasta el día de hoy con un relato que
dice que Ceferino estuvo en esa cueva y por eso esta la imagen de él. Una cosa
totalmente imposible, ya que Ceferino vivió solo 18 años, de los cuales 11 los
pasó en la zona de Río Negro, siete enclaustrado en el colegio de Buenos Aires
y el último en Italia. De esos siete años que vivió en Buenos Aires, cuatro
fueron enfermo de tuberculosis, por lo que, alguien con los pulmones en malas
condiciones, jamás se metería en una cueva húmeda.
Nos quedarían
entonces los tres primeros años en Buenos Aires (12,13 y 14 años) y también es
imposible, porque era un estudiante y por lo tanto no existían ni las
estampitas ni otras imágenes de él, que recién aparecieron algunos años después
de fallecido.
Resumiendo: Es, sin ningún tipo de dudas, una
leyenda sin asidero.
La otra conjetura es que los “indios estuvieron ahí”.
Ese
es otro imposible, ya que los “indios” no tenían
útiles de labranza (léase palas y picos), no tenían necesidad de hacer
una
cueva porque carecían de motivos para esconderse. Si los hubiesen
tenido, jamás
hubiesen elegido ese lugar, por tratarse de un camino que temblaba
constantemente al paso de grandes arreos hacia chile, por lo que el
derrumbe de la cueva estaba casi asegurado
LA REALIDAD
Ceferino Namuncurá a los 11 años |
Durante el siglo XIX, hubo solo una “carreteras” por donde transitar luego de cruzar el arroyo Tapalqué y esta era conocida como "Camino de los Chilenos" (luego ruta 60), porque había sido trazada por los
nativos en épocas precolombinas. Este camino, que nace en las sierras "Dos Hermanas" se fue haciendo cada vez mas ancho y profundo al ser paso obligado tanto para viajeros, carretas, galeras, ejército y nativos, algunos de los cuales arriaban gran cantidad de ganado robado para venderlo en Chile.
Cuando Estanislao Zeballos recorrió ese camino
en 1879, los nativos ya habían sido expulsados de la zona hacía tres años.Este cronista
comentaba que
debido al duro transito que sufrió la carretera durante muchos años, tenía un desgaste que llegaba al metro de profundidad.
Este dato es más que importante para descartar la posibilidad de que esta caverna se haya realizado antes
de 1876, por estar a un par
de metros del tembloroso “camino de los Chilenos”
CONJETURA PERSONAL
Cueva de los Hnos Barrientos por Gesué Noseda |
Creo que esa excavación no es natural, sino que fue
hecha por delincuentes. luego del alejamiento de los nativos en 1876. Bajo tierra podían escabullirse de la
justicia y a la vez robar a los viajeros con facilidad.
El lugar está justamente en una lomada y a la vera
de uno de los dos únicos caminos que hubo por mucho tiempo. Seguramente fue
hecha cuando el peligro de derrumbe por tránsito de hacienda ya no existía.
Hay algunos antecedentes de este tipo de escondites,
pero tal vez el más conocido sea el de los hermanos Barrientos, en
Lobería. Estos eran bandidos rurales que construyeron una cueva con entrada y
salida sobre una lomada, que por su posición elevada era un mirador natural. Allí
también escondían lo robado.
En coincidencia con las de Lobería, las “Cuevas de
Ceferino" también tienen más de una entrada o salida. La posición estratégica
que ocupa, hace pensar que, justamente, se trata de un escondite de ladrones, ya que desde
la altura y a una larga distancia, podían ver a cualquier viajero o
autoridad que se acercara por el “Camino
de los Chilenos”.
CEFERINO NAMUNCURÁ
Un rostro desconocido del nativo |
Ya tenemos ubicado el sitio, descartadas algunas
hipótesis, reconocidos los lugares geográficos aledaños y un poco de
antecedentes históricos. Solo nos queda
realizar una pequeña biografía del personaje que le dio nombre a nuestro lugar
místico: Ceferino Namuncurá.
El libro de Bautismos de la parroquia de Patagones
dice:
“Nº 127. Año 1888. En veinticuatro
de diciembre del año del Señor de mil ochocientos ochenta y ocho, el Pbro.
Domingo Milanesio en Misión a Río Negro, bautizó solemnemente, puso óleo y
crisma a Ceferino Namuncurá, de sexo masculino, que nació el día veintiséis del mes de agosto del año 1886 en
Chimpay, territorio del Río Negro, en la Nación Argentina, hijo del cacique D.
Manuel Namuncurá, natural del país de la República Argentina, de Religión indio, domiciliado en
Chimpay, y de doña Rosario Burgos, natural del país de la Nación Argentina,
domiciliada en Chimpay, siendo sus padrinos
José Rivero, natural de Buenos Aires, de treinta y ocho años de edad,
domiciliado en Roca, y Carmen Burgos, natural de Mendoza, de treinta años,
domiciliada en Río Negro, a quienes advirtió el parentesco espiritual con el ahijado y con sus padres, y la obligación de enseñarle la doctrina
cristiana, y pos señal de verdad lo firmaron. El Cura de la Parroquia Ángel
Piccono. Por el Padrino y Madrina, Presb. Domingo Milanesio".
¡La obligación!!!.. ya había sido obligado a perder
su nombre y bautizarse pero con eso no bastaba. El muchachito de “religión
indio”, debía ser cristiano también a la fuerza.
EL NOMBRE REAL DE CEFERINO
Aspecto de la cueva - santuario vista desde lo alto |
Vale la pena detenerse para aclarar que el nombre
de Ceferino le fue impuesto por el Cura
Domingo Milanesio, al coincidir el día del bautismo con las efemérides del Papa
romano Ceferino (199-217).
Hasta allí (1888), al futuro proyecto de santo se lo
conocía entre los suyos con el nombre de “Morales”. Esto se debió a que su
padrino pagano, tío y lenguaraz de la tribu, se llamaba Juan Morales Catricurá
(Piedra Cortada).
A pesar de que la historia lo identifica como
Ceferino, en su familia nunca se lo reconoció de esa manera, cosa que a él le
preocupaba cuando estaba pupilo en el colegio Católico y así lo hace saber en
algunos escritos.
Ceferino nace y vive en Chimpay hasta los cinco
años, en medio de muchas carencias provocadas por los blancos. Sin materiales
para la labranza y sin las semillas que cualquier colono europeo había
recibido, pasan muchas dificultades.
Templete adornado en el interior de "la cueva" |
En 1891, la tribu se mueve hacia Neuquén. Allí se
establece en San Ignacio, junto al Collón-Curá, en un predio de nueve leguas
que le dio el Gobierno Central.
A los 11 años, viendo el estado de desnutrición de
sus compañeros y la miseria que va diezmando a su gente, Ceferino le comenta a
su padre que quiere estudiar para ser abogado y defender los derechos que el Huinca
les quitó.
En mayo de 1897 viaja a Buenos Aires junto con su
padre, quien obtiene una entrevista con Ministro de Guerra Luis María Campos, y
le pide que ayude a su hijo. Este lo hace ingresar al taller Mecánico de la Armada que funciona en
Tigre, como componente de la carpintería.
Pero esta tarea no era lo que Ceferino quería, por
lo que luego de trabajar unas semanas, le plantea dicha inquietud a su padre.
Manuel Namuncurá se entrevista con Sáenz Peña. Este
le propone inscribirlo en el Colegio de los Salesianos y el 20 de septiembre de
1897, Ceferino se incorpora al Colegio Pio IX, San Carlos, en el barrio de
Almagro.
DISCREPANCIA HISTÓRICA
El Beato en sus últimos días. |
Don Eliseo Tello, que supo vivir junto a la tribu de
Namuncurá en San Ignacio, comentaba que la familia nunca estuvo de acuerdo con
la separación de Ceferino y que por tal motivo, la madre, Rosario Burgos, se
mantuvo alejada por varios años.
Y esto probablemente sea lo real. A la Iglesia solo le
interesaba tener a Ceferino bajo su tutela porque para ellos era un símbolo de poder.
Que el hijo y nieto de los mayores jefes pampeanos se transformara al
catolicismo “por propia voluntad” (en realidad quería ser abogado), era
lo que habían esperado siempre.
OCHO MESES EN ITALIA Y MUERTE
A los 15 años Ceferino contrae tuberculosis, Monseñor
Cagliero lo lleva al Colegio San
Fernando de Sales en Viedma “para que respire aire puro”. Allí los familiares
quieren recuperarlo, una pretensión que la iglesia no está dispuesta a
satisfacer. Es entonces cuando Cagliero se
juega todas las fichas y convence a Ceferino para que viaje con él a Italia, afirmando
que allí podrá curarse y terminar sus estudios de sacerdote.
El 19 de julio de 1904 parten hacia Italia y ese día
queda bien claro que el bienestar de Ceferino no es lo importante, porque
estando con su salud deteriorada, debe cargar con los pesados equipajes de
Monseñor Cagliero y los demás curas que lo acompañan.
El clásico Ceferino blanco de la estampita |
En Italia es
causa de gran alboroto y todos quieren conocerlo. Tiene una audiencia privada
con el Papa Pío X, quién lo bendice y le regala una medallita. Al poco tiempo
sus problemas de salud se agudizan y el 28 de marzo de 1905 lo internan en el hospital “Fatte
Benne Fratelli”, donde fallece el 11 de mayo de tuberculosis.
En 1924, sus restos son repatriados y llevados al
Fortín Mercedes, a orillas del Río Colorado.
El 22 de julio de 1972 fue declarado Venerable por
el Papa Pablo VI y el 6 de julio de 2007, Benedicto XVI aprueba el milagro que
se le atribuía y lo convierte en Beato. O sea que, le falta solo un escalón
para ser santificado.
Como vemos, desde el razonamiento puro, es imposible encontrar un punto basal para
creer que Ceferino haya sido una persona especial que gestara milagros. Tal vez
el único milagro sea que tanta gente lo crea un santo sin saber siquiera como vivió.
En fin…yo solo hablo de historia. Si a alguien le
hace bien creer en él, no voy a ser quien le quite el bastón que le sostiene
alma.
Sitio señalizado de "Las Cuevas de Ceferino" |
Personalmente, creo que Ceferino fue un niño prácticamente
prisionero de la iglesia católica, la cual lo usó como estandarte de triunfo sobre la religión de los más indómitos. En él convergían las figuras de su abuelo
(Calfucurá) y de su padre (Namuncurá).
Simbólicamente, fue el trofeo perfecto. En
la práctica, un ser humano común que quiso ser abogado y lo empujaron a ser Cura.
11 comentarios:
faltaria un mapa de olavarria con las indicaciones para llegar y conocer las cuevas.
Hace poco leí que esas cuevas son en realidad una cantera de donde sacaron arena para hacer unas construcciones que están próximas. Si googlean van a encontrar esos datos. Dicen que luego de muchos años, ya abandonada, esa mina fue usada por cuatreros para esconder cueros. Saludos. Jorge.
Artículo extraído del sitio del diario "El popular"
"Cartas de Lectores
Sobre las Cuevas de Ceferino
Sr. Director:
Hace algunos años, Enrique Aramburu tuvo la gentileza de aclarar un error que cometíamos al informar sobre lugares turísticos desde el Archivo Histórico Municipal. Se trata de las llamadas Cuevas de Ceferino, y hoy, ante una publicación que le acercaron, me reitera la valiosa información.
En los últimos años del siglo XIX existía allí una cantera de arena. Su padre, nacido en 1883, recordaba los comienzos siendo niño, y cómo se extraía ese material antes de 1901, cuando se terminó la construcción de la estancia San José de Josefa Zavaleta de Aramburu, abuela de Enrique, lugar donde vivió su infancia, en tiempos en que el transporte era más lento y caro por lo que se hacía o extraía todo lo que fuera posible en el lugar: ladrillos, cal, arena...
Era un simple cerrito de arena con un pozo de ventilación y una boca, además de otra, muy chica como para que entraran carros. Recuerda que alguna vez los cuatreros escondían cueros, y también -como dato curioso- que en la arena brillaban partículas metálicas. Personalmente he visto arena con materia ferruginosa, como la de las playas cuando a veces brillan de noche.
Agrego un párrafo aparte del relato de primera mano de Enrique Aramburu, a quien agradezco: ya no se dice que Ceferino Namuncurá estuvo allí. Seguramente alguien, más tarde, puso de manifiesto su devoción. Lo que es cierto es que su madre -Rosarito Burgos- era católica, situación frecuente entre las esposas blancas, y que tener hijos bautizados o cercanos a la Iglesia era deseado como prenda de paz y motivo de orgullo. En Azul, Cipriano Catriel tenía por compadre de bautizo al comandante Rivas. Los tres caciques Catriel se bautizaron y se casaron en la iglesia de San Nicolás de Buenos Aires, y sus descendientes fueron católicos, muchas veces practicantes, como pueden testimoniar en la familia González Catriel, Garay Ledesma, y lo hicieron antes Matilde y Galván Catriel.
Agradezco su atención y lo saludo cordialmente.
Aurora Alonso de Rocha Campos"
Le agradezco este dato del diario El Popular, ya que es oportuno para aclarar algo, que en un momento, pensé en publicar como segunda parte de esta misma nota.
Hacia fines de 2013, hable con el señor Enrique Aramburu (autor del relato que usted menciona), que a la sazón, contaba con 92 años y me contó lo mismo que quedó publicado en el diario. Pero cuando le pregunté por que causa, si era una cantera de arena, se había hecho bajo tierra y no a cielo abierto, como todas, me contestó que eso, su padre no se lo había comentado, pero que era muy probable que ya existiera esa cueva y que fuese aprovechada para luego extraer la arena para la estancia San José...
La otra parte, en la que sus datos estan equivocados, es que ninguno de los tres caciques Catriel fueron bautizados en San Nicolás y lo voy a fundamentar.
Los tres Caciques eran bigamos, cosa que la iglesia no admitía, y aun Cipriano, que había tomado las costumbres blancas, se negó a cambiar eso. Si, en cambio, bautizó a un hijo de él, también llamado Cipriano, que fue apadrinado por el general Rivas.
Juan José y Marcelino siempre se negaron a perder sus tradiciones, pero al ser capturados en 1878, fueron obligados a reconocer a una sola esposa, para así ser bautizados (a la fuerza), en la Iglesia del Pilar,en La Recoleta, Buenos Aires (No San Nicolás), en el mes de agosto de 1879.
Un detalle que me ha quedado fuera de aclaración, amigo Jorge, es que la cueva quedó a descubierto por un derrumbe. Si usted la observa atentamente, verá que en los trayectos de entrada y salida, es imposible que penetre carro alguno, porque no tiene el ancho ni el alto para tal menester, aspecto que recién se da en la mitad de la misma.
A las historias orales, a no ser que sean muy recientes, siempre le faltan partes y esas partes se van reconstruyendo sobre preguntas y estudio.
Cuando uno hace preguntas, la persona que estaba muy segura de lo que decía (que NO mentía, por supuesto), empieza a dudar y es ahí donde entra a tallar la deducción, mediante un entorno de época, situación geográfica, antecedentes, etc...
Sería muy fácil dar por cerrada una situación, globalmente, porque alguien aportó un dato que forma parte de la misma..
Voy a explicarle lo que yo creo.
Esa cueva formó parte de un refugio de malvivientes, porque tiene todas las características de otros refugios similares. Lugar estratégico, porque se divisa todo el entorno, sobre el único camino que había en la época. Entrada donde no se puede acceder erecto, ni cómodo lateralmente y un centro amplio para permanencia, repitiendo en la salida de emergencia las cualidades de entrada.
Cuando se hizo ese refugio, indudablemente que la arena se arrojó hacia afuera y gran parte de ella fue la que se usó en la construcción de la estancia, por esa causa, el relato de Don Enrique es real.
Pero siempre hay un pero y ese pero, es que la estancia se hizo en épocas donde no había riesgo de malones y por lo tanto, no tiene sentido cavar agachado y bajo tierra, cuando es mas sencillo abrir una zanja recta y extraer todo lo necesario, fácil, cómodo y sin riesgo de derrumbe.
¡Excelentes datos, Walter!
Te agradezco mucho por ayudar a reconstruir nuestra historia.
Te mando un abrazo y pronto me estaré comunicando de nuevo.
Jorge.
¡Excelentes datos, Walter!
Te agradezco mucho por ayudar a reconstruir nuestra historia.
Te mando un abrazo y pronto me estaré comunicando de nuevo.
Jorge.
Estimado Walter. La siguiente pregunta no tiene que ver con éste tema (quizás usted lo haya desarrollado en otro lugar del blog) pero ¿tiene alguna información de un supuesto conde dueño de tierras hacia el lado de Bolívar? ¿Es real o es un mito?
En la actualidad, no se. El único "conde" que recuerdo es el de Pasalacua, Jose Guazonne, que luego heredaron los hijos... Otro no conozco
No sabía el apellido. Debe haber sido él. No creo que haya tantos condes que hayan invertido en la zona (bueno, creo que Von Bernard era conde)
No sabía el apellido. Debe haber sido él. No creo que haya tantos condes que hayan invertido en la zona (bueno, creo que Von Bernard era conde)
Publicar un comentario